El Túnel Subterráneo

El Túnel Subterráneo

Al adentrarte en El Suelo del Viaje Interior, sentís cómo cada paso te conecta más profundamente con la tierra fértil bajo tus pies. El suelo es oscuro y rico, emanando una calidez que asciende por tus piernas y se instala en tu pecho. Es como si este lugar conociera cada uno de tus pensamientos y emociones, acogiendo todo sin juicio.

Mientras avanzás, notás pequeñas luces que titilan bajo la superficie. Intrigado(a), te arrodillás y tocás el suelo con la palma de tu mano. Al hacerlo, una suave vibración recorre tu cuerpo, y ante tus ojos se revela una entrada oculta: una escalera que desciende hacia las profundidades de la tierra.

Decidís seguir este nuevo camino. Cada peldaño te lleva más abajo, pero lejos de sentirte oprimido(a), una sensación de paz y descubrimiento te invade. Las paredes del túnel están cubiertas de raíces luminosas que se entrelazan formando patrones y símbolos familiares, como si narraran historias antiguas.

Al llegar al fondo, encontrás un vasto espacio subterráneo iluminado por una luz dorada que parece emanar de las raíces mismas. Es un bosque subterráneo, un mundo escondido donde las raíces de todos los árboles se unen y comunican. Comprendés que estás en el corazón mismo de este lugar, en el punto donde todo se origina y conecta.

Caminás entre las raíces, notando que cada una está asociada a un recuerdo, una emoción, una parte de vos que quizás habías olvidado. Algunas raíces son fuertes y saludables; otras parecen dañadas o enredadas. Te acercás a una raíz que llama tu atención. Al tocarla, una serie de imágenes invade tu mente: momentos de alegría, de tristeza, de aprendizaje. Sentís que esta raíz es parte esencial de tu ser.

Una voz suave, como un susurro, llega hasta vos:

“Para crecer y avanzar, primero debés nutrir y sanar tus raíces. Aquí es donde reside tu fuerza y esencia”.

Entendés que este es un momento para reconciliarte con tu pasado, para reconocer y sanar esas partes de vos que necesitan atención. Decidís dedicar tiempo a desenredar las raíces dañadas, a limpiarlas y fortalecerlas. A medida que lo hacés, sentís un alivio profundo y una energía renovada que fluye a través de vos.

Las raíces comienzan a brillar con mayor intensidad, iluminando todo el espacio subterráneo. Es una transformación palpable; sabés que al sanar tus raíces, estás cimentando un futuro más sólido y auténtico.

Después de este trabajo interno, una nueva luz aparece en la distancia. Es una salida que lleva hacia la superficie. Caminás hacia ella, y al emerger, te encontrás en un paisaje renovado. Los brotes que antes eran pequeños ahora son árboles jóvenes y vigorosos, cuyas ramas se extienden hacia el cielo estrellado.

Entre los árboles, ves un sendero que conduce hacia un arco de luz. Es El Nuevo Umbral, una puerta que te invita a cruzar hacia una nueva etapa de tu viaje. Sentís emoción y un ligero cosquilleo de anticipación, pero también una serenidad que proviene de saber que estás en el camino correcto.

Antes de avanzar, la voz suave regresa: “Has explorado tus profundidades y nutrido tus raíces. Ahora, estás listo(a) para florecer y reflejar en el mundo exterior la transformación que ha ocurrido dentro de vos“.

Con el corazón lleno de determinación y el bolígrafo-llave interdimensional en tu mano, te dirigís hacia El Nuevo Umbral.

El aire es fresco y lleva consigo el aroma de nuevas posibilidades. Una brisa acaricia tu rostro, como si el mundo mismo te alentara a continuar. Das el primer paso hacia el arco de luz, sintiendo que cada parte de vos está alineada y lista para lo que viene.

El camino continúa, y tu historia se sigue escribiendo con cada elección que hacés. Estás en armonía con tus raíces y abierto(a) a los reflejos que el camino te mostrará.

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