Al presionar el botón del bolígrafo-llave interdimensional…
…el cuarto donde estabas desaparece en un instante.
De golpe una fuerza te impulsa hacia un vacío que…
…te desconcierta.
Escuchás mi voz desvanecerse como un eco lejano, apenas captando imágenes difusas que pasan rápidamente mientras volás por este extraño espacio.
Te sorprendés al notar que gritás de emoción cuando la velocidad aumenta de repente.
Sentís que tu velocidad aumenta…
… y aumenta…
… y aumenta aún más…
… (junto a tu emoción)…
… Y parece que esto no fuera a acabarse.
Hasta que—
¡PLOP!
Caés…
… sentado frente a un escritorio extrañamente familiar…
… sobre el cual ves una pluma y un diario…
… justo cuando te estás por preguntar, ¿qué estoy haciendo…?
La escuchás de nuevo…
“Pero,” te decís internamente. “Sos vos…”
“Sí.”
“Jean-Paul, la voz que te acompañará en este viaje a través del journaling.”
“Aquí te he estado esperando.” Te digo. “Han pasado alrededor de 24 horas desde que presionaste ese aparato que tenés en tu mano.”
“¿Qué estás diciendo?” Me preguntás. “¿Ha pasado un día desde la última vez que hablamos?”
“Sí, más o menos. Pero eso no importa, lo que te quería decir es que programé mi siguiente email en…”
Escuchás una notificación de un mensaje nuevo…
(y es de Jean-Paul Cortés.)
“Ajá, ese ha de ser el email que te enviaré mañana.” Te digo.
Pero viajaste hacia el futuro cuando le diste clic a ese aparato, y ahora estás…acá.
Comenzás a entender lo que está pasando:
- Si le das clic al enlace de CLIC, CLIC, CLIC…
- Te teletransportás a este lugar.
“Pero esperá,” decís. “¿Qué tal si no quiero venir aquí? ¿Acaso no le debería de dar clic a esos enlaces?”
“No, no,” te respondo. “Por supuesto que le deberías de darle clic.”
“¿Cómo? No entiendo.” Me respondés.
“Cada vez que le das clic,” te digo, “no solamente te tele-transportás acá, sino que podés continuar con el viaje.”
“¿Acá?” Me preguntás.
“Andá y mirá por ese balcón allá afuera.” Te respondo.
Te levantás y caminás unos pasos hacia el balcón.
… y lo que vislumbrás…
… te sorprende.