La Servilleta

Algunas cosas no se entienden con la mente,
otras no se entienden con el corazón.
Y hay unas pocas —muy pocas—
que solo se entienden con el tiempo.
Este poema es una de ellas.

Acto I: El poema que me encontró

Esto no fue escrito para ser leído.
Fue escrito para ser encontrado.
En un momento olvidado del 2009, escribí algo en una servilleta.
No lo recordaba.
No sabía que aún vivía en mí.
Hasta que un día, dieciséis años después, abrí un viejo diario.
Y me encontré.

Versión original (2009)

Inusual tu discordia que no revela secreto
suspirando el pasar de los días de antaño.

Del tiempo que acalla el palpitar en tu pecho
que se aferra y encarna al distante momento,
cuya sangre la vida derrama en la arena.


Versión reencontrada (2025)

Inusual tu discordia,
silenciosa, sin confesión.
No gritás. No explicás.
Solo dejás que el tiempo pase
como si no doliera.

Suspirás los días antiguos sin nombrarlos,
como quien mira por la ventana
algo que ya no vuelve pero tampoco se va.

El pecho calla,
pero no olvida.
Algo en vos se aferra —
todavía—
a un instante lejano que no soltaste.

Y mientras tanto,
la vida sangra en la arena
sin hacer ruido.
Como sangran ciertas verdades
que nadie ve
pero igual se quedan.


Este es el primer acto.
No sé si habrá un segundo.
Pero esto… ya estaba escrito.
Solo hacía falta encontrarlo.

Jean-Paul Cortés