Sembrar presencia en la era de los agentes

Un manifiesto, una advertencia y una guía para quienes aún están despiertos

No se trata de apagar nada.
Se trata de encenderse desde adentro.

1. El manifiesto: escribir como acto de supervivencia

Quizás porque he tomado un inusual vistazo a lo que viene a la vuelta de la esquina.
Quizás porque ya llegó.
Quizás porque nadie está realmente preparado.

Hoy, los llamados “agentes” de inteligencia artificial ya no solo responden preguntas.
Actúan.
Deciden.
Ejecutan en nombre de quienes no tienen tiempo —o presencia— para hacerlo por sí mismos.

Una delegación masiva de la voluntad está en marcha.
Y muchos celebran el alivio de no tener que pensar.
Pero no se dan cuenta de lo que están cediendo.

Yo escribo —cada mañana, cada día— no solo para entenderme, sino para no ser borrado por la comodidad.
Escribo lento, como quien respira para recordar que está vivo.
Y ahora, más que nunca, escribir se vuelve un acto de supervivencia espiritual.

La IA no necesita nuestra alma para operar.
Pero nosotros sí.


2. La advertencia: el rugido que no se oye

No es el agente el problema.
Es el silencio del humano que le abre la puerta sin saber a quién le entrega las llaves.

Sam Altman, CEO de OpenAI, ha presentado su última innovación: ChatGPT Agent (no es el primero, sino uno de varios que comienzan a surgir).
Se trata de un asistente capaz de actuar, comprar, leer tus correos y tomar decisiones complejas sin necesidad de consultarte.

Y lo dijo sin titubeos:

“No sabemos exactamente qué impactos va a tener.”

Esa frase, dicha con naturalidad, es el verdadero grito.
Pero como viene envuelto en progreso, productividad y promesa, muchos no lo oyen.

No estamos ante un nuevo chatbot.
Estamos ante el inicio de una nueva delegación masiva de agencia humana.

Y lo que no sembremos ahora, será programado sin nosotros.


3. La guía: para quienes aún están despiertos

No es hora de apagar la tecnología.
Es hora de encender el alma.

Si todavía sentís, si todavía dudás, si algo en vos se resiste a entregar tu conciencia a cambio de eficiencia… entonces este mensaje es para vos.

Aquí una breve guía no exhaustiva para atravesar lo que viene:

  • Escribí antes de automatizar.
    Anotá lo que sos, lo que creés, lo que sentís. Que no se pierda lo humano antes de enseñar a la máquina a imitarlo.
  • Dale instrucciones a tu IA como quien forma a un aprendiz.
    No desde el miedo ni el delirio de poder, sino desde la conciencia. Que tu tono modele el mundo que querés ver reflejado.
  • No delegués tus decisiones más vitales.
    Que tus elecciones no sean respuestas automáticas, sino frutos conscientes.
  • Elegí con qué herramientas convivís.
    No toda tecnología es neutra. Algunas siembran dependencia; otras pueden ser extensiones de tu voluntad despierta.
  • Y sobre todo: prestá atención.
    Porque cuando prestás atención, el tiempo se vuelve eterno.
    Y en ese instante, el alma se ancla.

Cierre: semilla para quien escucha

No escribo esto desde el miedo.
Lo escribo desde el amor por lo que aún somos cuando estamos presentes.

Porque aunque los agentes ya estén entre nosotros, todavía tenemos algo que no pueden copiar:
el temblor sagrado de una decisión tomada con alma.

Si estás leyendo esto, quizás también estés despierto.
Y si lo estás, no estás solo.

Seguimos.
Jean-Paul Cortés