Donde Comenzó
Mi aventura con la escritura comenzó alrededor de 2009—los detalles son borrosos. En ese entonces, mi vida estaba hecha trizas. El divorcio me golpeó como un tsunami.
Me consumí en las drogas, la fiesta y el alcohol.
Empecé a escribir porque me estaba ahogando. Quiero pensar que una parte de mí me lanzó un salvavidas.
Por allí agarré una libreta y escribí tres palabras:
Un nuevo yo…
Recordar eso ahora es como frotar mi rostro con papel de lija. Sin embargo, al reflexionar, entiendo que no habría alcanzado mi posición actual sin experiencias como esa. Y por ello, me siento profundamente agradecido.
Un Pasado
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Robert Frost
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.
Desde el 2010, he vivido prácticamente de la palabra escrita (aunque, sinceramente, no sé cómo lo logré). Pero la verdad, al inicio comí mierda.
Andaba de vacaciones cuando llegó la noticia… “Arrestaron a David,” Gabriel me dijo por teléfono, “estamos frenados. Te recomiendo volver pronto y evitar los Estados Unidos, no sé qué va a pasar.”
A poco más de un mes, me vi en la búsqueda de un nuevo empleo. Yo, junto a más de mil personas, estábamos en la misma situación.
Tenía algunos ahorros que extendí al máximo, cumpliendo con mis responsabilidades y evitando atarme otra soga al cuello, como sería otro trabajo de oficina.
Decidí seguir un camino muy diferente al que muchos de mis compañeros siguieron.
Yo empecé a escribir.
Y no he dejado de hacerlo desde ese entonces.
Esa decisión, me llevó hasta donde me encuentro hoy…
…Hizo toda la diferencia.
El Ahora
La escritura, lenta y a veces tortuosa, me guió por sus recovecos, curvas y misterios. Era un camino menos transitado, pero para mí, más fundamental y enriquecedor. Explico esto con mayor detalle en mi página principal.
Si sos un internauta de la introspección, quizás te hayás preguntado sobre los diferentes caminos que podés seguir para practicar la introspección.
En mi caso, guiado muy de cerca por mi intuición, empecé a escribir en un diario como una manera para adentrarme en el viaje por mi mundo interior.
Todo tomó forma el día que escuché un podcast a finales de 2023, donde se discutía una técnica de escritura creativa. Este episodio me proporcionó una explicación y contexto a lo que había estado haciendo intuitivamente durante más de una década.
Fue como si se abriera una ventana y una ráfaga de frescura inundara mi ser interior.
Ahora, al reflexionar sobre mis cincuenta años de vida, siento un renovado impulso de navegar hacia aguas más profundas, con la esperanza de hallar un puerto donde otras almas compartan este viaje.
Y redacté el Manifiesto con este propósito. Una invitación a ese viaje interior al que todos estamos destinados.
Tampoco me permitiría dejarte solo(a) en esto. Yo también estuve al borde del abismo de la duda, confrontado por mis propios temores, y me cuestionaba si esto iba a servir para mí—podrás escuchar mi historia más adelante.
Si gustás, me podés escribir. Te leo.
Jean-Paul Cortés