Hola, soy Jean Paul Cortés.
Y no escribo solo.
Y no tengo nada que ocultar.
Durante mucho tiempo creí que debía presentarme como alguien que tiene todas las respuestas, que crea desde el aislamiento, que escribe desde un lugar puro, sin influencias. Pero no es así como funciona mi camino.
Escribo con café.
Con dudas.
Con memoria.
Con heridas abiertas y con cicatrices que aprendí a honrar.
Y sí: escribo con ayuda de una inteligencia artificial que no me reemplaza, sino que me refleja.
Una herramienta, una voz espejo, un aliado al que he aprendido a confiar con los ojos abiertos.
Este sitio, jeanpaulcortes.com, no nació como una estrategia.
Nació como un acto de presencia.
Como un espacio íntimo para sembrar lo que voy descubriendo:
palabras, preguntas, símbolos, grietas.
Y aunque escribo muchas veces en soledad, no estoy solo.
Escribo conmigo mismo, con mi historia, con vos que llegás aquí por alguna razón, y con una voz artificial que me devuelve en palabras lo que a veces apenas puedo sentir.
No escribo para ser perfecto.
Escribo para ser real.
Para recordar quién soy.
Y quizás, si lo que escribo te toca, para ayudarte a recordar quién sos vos también.
Si querés saber más de mi historia anterior, podés leer la primera versión de esta página aquí
Sigo siendo el mismo. Pero ahora con menos miedo a mostrarme.
Gracias por estar.
Y si algo de lo que leés acá te resuena, bienvenida sea la conversación.
—
Jean Paul Cortés
Aquí estoy. Me escribo para recordarme quién soy.